Os dejo hoy, después de muchos días sin publicar, la receta de la pasta fresca. Ya sabéis que poner solo la receta me parece algo incompleto, por eso, os dejo también un poco de historia, algunas razones para comer pasta, la clasificación y al final del post unos consejos para cocerla.
¡Un
poco de historia!
Como todas las cosas surgidas hace muchos siglos, es difícil atribuir el origen
de la pasta. El descubridor muchos coinciden en que fue Marco Polo cuando
volviendo de un viaje a China, la introdujo en Italia en 1271. Otros dicen que las
antiguas civilizaciones etruscas ya molían granos de trigo que mezclaban con
agua y que después cocían.
En la antigua Roma, también se encuentran referencias de platos de pasta que
datan del siglo III A.C. Cicerón, un
emperador romano, ya hablaba de su pasión por las lasañas.
En España, la aceptación de la pasta por parte de la sociedad, fue a partir del siglo XVI (época
del virreinato español en Nápoles).
Es en Italia, a partir del siglo XVII, cuando empiezan a crearse las primeras
máquinas para la elaboración de pasta,
que abaratan y multiplican la producción, y por lo tanto se convierte en un
producto asequible y popular para todas las clases sociales. Poco después, estas máquinas y el consumo de pasta, se traslada por todo el mundo.
Como curiosidad hay que destacar que hasta el siglo XVIII la pasta se comía sin
salsa y sin queso.
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A la izquierda Marco Polo y a la derecha la antigua elaboración de la pasta |
Algunas
razones para comer pasta:
- Es un alimento sano que nos
aporta agua, vitaminas, minerales, proteínas y carbohidratos. La pasta conforma
junto a otros alimentos la famosa dieta mediterranea.
- Es de fácil digestión y de lenta
asimilación por el organismo, lo que produce la liberación de energía por más
tiempo.
- Es uno de los paltos más
versátiles, consumida en todo el mundo y acompañada practicamente con cualquier
cosa que se nos pase por la cabeza. De plato principal o de guarnición, o como
parte de una sopa en invierno o de una ensalada en verano.
- Es un plato rápido de preparar,
fácil (que sería de los pisos de estudiantes sin pasta), económico y saciante.
- Aconsejable sobre todo para
niños, deportitas y embarazadas, ya que
necesitan aumentar sus necesidades energéticas.
- Y para los obsesionados de las
dietas, sus ingredientes no contienen grasas ni pueden producirlas, son las
salsas y las guarniciones lo que engordan, no la pasta en sí.
Clasificación:
A la
hora de clasificar las pastas (a parte de distinguir entre pastas frescas y
pastas secas) tendremos que separarlas según:
- El color: dependiendo del
producto que le añadamos a la pasta para colorearla. Tomate para hacerla roja;
espinacas para que sea verde; huevo para dar tonalidad amarilla; etc.
- La forma:
- Pastas largas y cintas: caracterizadas por su longitud, no por su anchura y donde encontramos fideos, espaguetis, bucatini, linguine, tallarines, fetuchinis…
- Pasta en forma de tubo: caracterizadas por su interior hueco y formadas por macarrones, plumas, pennes, gigantoni, rigatono…
- Pasta rellena: formada por pastas que envuelven al relleno, canaelones, lasaña, tortelini, raviolis…
- tras formas: incllasificables dentro de las otras tres, conchas, farfalle, gnocchi, radiatori...
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Varios tipos de pasta |
Receta
de pasta fresca de huevo (para 4 personas)
Ingredientes
4
huevos
320 gr. De harina de trigo de fuerza
15 gr. De sal
Una cucharada pequeña de aceite de oliva.
Elaboración
Hacemos
un volcán con la harina y ponemos en el medio el resto de ingredientes (foto 1). Con un
tenedor rompemos los huevos y mezclamos un poco con el aceite y la sal (foto 2). Poco a
poco vamos recogiendo harina de los laterales hasta terminar de juntar toda (foto 3). Si
la masa está muy pegajosa añadiremos un poco más de harina y si está muy dura,
nos mojamos las manos con agua y la trabajamos un poco más. Es una masa que
aunque no tiene que ser dura no debe quedar pegajosa en absoluto (foto 4).
Si
quereís darle algun color solo teneis que sustituir el peso de un huevo por la
misma cantidad del alimento que le va a dar el color, salsa de tomate,
espinacas (cocidas, escurridas y trituradas) etc.
Una vez
que la masa esté hecha la dejamos reposar al menos 30 minutos a temperatura
ambiente (si puede ser una hora mejor). Transcurrido este tiempo procedemos a estirarla,
bien con rodillo o si la tenemos, con la máquina de pasta.
A
vuestro gusto la forma y el tamaño que le queráis dar. Yo hice espaguetis. A la
hora de estirarla (si lo hacéis por
máquina) es importante pasar cada porción de masa dos o tres veces por cada
punto de la máquina, para que quede bien trabajada y no forzarla, ya que si no
quedará una masa muy basta. Una vez estirada y cortada, la dejamos secar al aire durante 20 minutos.
Para
terminar, os recuerdo la manera de cocer la pasta. Hay que cocerla en abundante
agua hirviendo con sal (más o menos 15 gr. por litro de agua), y otra cosa
importante es no añadir aceite al agua de cocción ya que crea una capa
impermeable en la pasta y a la hora de añadirle la salsa, está resbala y por lo
tanto la pasta no se impregna del sabor. La pasta debe comerse nada más
cocerla. Tenerla cocida anteriormente es un error que cometemos muy a menudo.
En un próximo post, os dejaré la receta del pesto que hace una persona a la que quiero mucho, un apasionado de Italia y de su cocina. Este post va para ti, italianini!!!!
Espero que os guste. Nos vemos pronto. Un saludo, Escoffi.