Solo necesitamos unas hojas de plástico transparente (de esas que se usan como tapas a la hora de encuadernar, las podéis comprar en papelerías), chocolate negro, chocolate con leche, chocolate blanco y mangas pasteleras de usar y tirar.
Elegimos el dibujo que vamos a realizar, en mi caso Bob Esponja, y le ponemos encima la hoja de plástico y la sujetamos con celo para que no se mueva (foto 1).
Una vez "repasado" todo, lo metemos a la nevera a enfriar. Cuando este frío vamos rellenando los huecos que tenemos con el chocolate con leche y el blanco, a gusto de cada uno. Lo metemos en la nevera y lo dejamos enfriar.
Con el chocolate negro hacemos una base gruesa, de medio centímetro aproximadamente, donde después pegaremos el dibujo (hay que pegarlo en una base más sólida, ya que queda muy fino y se rompe con facilidad).
Cuando la base y el dibujo estén fríos, pegamos el dibujo poniendo unas gotas de chocolate fundido (como si fuese pegamento) donde vamos a colocarlo.
Si la base nos ha quedado un poco fea, como en mi caso, podemos recortarla calentando con un mechero o soplete la punta de un cuchillo y recortando la base a nuestro gusto.
Este fue mi resultado.
La verdad que es una forma de sorprender a la gente y de dar un aire nuevo a las tartas, sin ocuparnos mucho tiempo y sin resultar para nada difícil. Si tenéis alguna duda preguntarme y os lo explico. Animaros a hacerlo que vais a quedar muy bien. Nos vemos pronto, un saludo, Escoffi.
muy bueno!!
ResponderEliminarMuchas gracias Montaraz!
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